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Con este título dió a luz Whitman un conjunto de anotaciones hechas al correr de la pluma y publicadas sin corrección alguna, para que conservaran su espontaneidad inicial y su carácter de documento. Ninguna obra alcanza, como ésta, a ex- presar mejor una época y al mismo tiempo el alma del hombre que fué espectador de ella. Después de algunos recuerdos sobre sus antepasados y el ambiente en que transcurrió su infancia, Whitman recoge en rápidos sketches una visión de lo que fué la guerra de Secesión, atroz carnicería entre componentes de un mismo pueblo. Algunos fragmentos como los que se refieren a los prisioneros de la Unión en el Sud, revelan todos los horrores de la guerra y se asemejan de un modo sorprendente a las descripciones de los famosos campos de concentración germanos en la Segunda Guerra Mundial. Cumplió Whitman en esa oportunidad la humanitaria tarea de asistir y alentar a los heridos, aportándoles el bálsamo espiritual tan importante en esos casos como el corporal.\nEl resto de la obra adquiere un verdadero tono poemático y revela la emoción del artista frente a la naturaleza de su país y a su pueblo, del que todo lo espera. Para este enamorado de las cosas que lo rodeaban, la moral significaba una comunión íntima con la naturaleza, y de la vida al aire libre ha surgido esa auténtica democracia americana. Naturaleza y democracia: he ahí los dos motivos capitales del libro.\nEn los capítulos finales agrega juicios sobre algunos escritores contemporáneos o poco menos, entre los cuales merecen destacarse los referentes a Poe y a Carlyle.

Dias ejemplares de America, diario de - Walt Whitman

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Con este título dió a luz Whitman un conjunto de anotaciones hechas al correr de la pluma y publicadas sin corrección alguna, para que conservaran su espontaneidad inicial y su carácter de documento. Ninguna obra alcanza, como ésta, a ex- presar mejor una época y al mismo tiempo el alma del hombre que fué espectador de ella. Después de algunos recuerdos sobre sus antepasados y el ambiente en que transcurrió su infancia, Whitman recoge en rápidos sketches una visión de lo que fué la guerra de Secesión, atroz carnicería entre componentes de un mismo pueblo. Algunos fragmentos como los que se refieren a los prisioneros de la Unión en el Sud, revelan todos los horrores de la guerra y se asemejan de un modo sorprendente a las descripciones de los famosos campos de concentración germanos en la Segunda Guerra Mundial. Cumplió Whitman en esa oportunidad la humanitaria tarea de asistir y alentar a los heridos, aportándoles el bálsamo espiritual tan importante en esos casos como el corporal.\nEl resto de la obra adquiere un verdadero tono poemático y revela la emoción del artista frente a la naturaleza de su país y a su pueblo, del que todo lo espera. Para este enamorado de las cosas que lo rodeaban, la moral significaba una comunión íntima con la naturaleza, y de la vida al aire libre ha surgido esa auténtica democracia americana. Naturaleza y democracia: he ahí los dos motivos capitales del libro.\nEn los capítulos finales agrega juicios sobre algunos escritores contemporáneos o poco menos, entre los cuales merecen destacarse los referentes a Poe y a Carlyle.

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