El Amor, dice San Dionisio, nos pone como fuera de nosotros mismos y nos transforma, de cierto modo, en el objeto amado.\nLo que somos depende, pues, de nuestro amor, de aquello hacia lo que se dirige nuestro amor. Hubo un hombre en quien el amor fue perfecto. Ese hombre, levantado de la tierra sobre una cruz, arrancó de la tierra, con él, a la humanidad.\n¿Cómo llamar a tal hombre? ¿Cómo llamar a un amor tal?\nCualquiera que sea el nombre que se dé a ese hombre, quienes coincidan con él entran en el Bien. Cualquiera que sea el nombre que se dé a ese amor quienes lo compartan entran en la Paz. Y Bien y Paz son sinónimos de Paraíso.\nVictoria Ocampo.\nMuy buen estado.
El Amor, dice San Dionisio, nos pone como fuera de nosotros mismos y nos transforma, de cierto modo, en el objeto amado.\nLo que somos depende, pues, de nuestro amor, de aquello hacia lo que se dirige nuestro amor. Hubo un hombre en quien el amor fue perfecto. Ese hombre, levantado de la tierra sobre una cruz, arrancó de la tierra, con él, a la humanidad.\n¿Cómo llamar a tal hombre? ¿Cómo llamar a un amor tal?\nCualquiera que sea el nombre que se dé a ese hombre, quienes coincidan con él entran en el Bien. Cualquiera que sea el nombre que se dé a ese amor quienes lo compartan entran en la Paz. Y Bien y Paz son sinónimos de Paraíso.\nVictoria Ocampo.\nMuy buen estado.