El hambre de mi corazón, frase que traduce par cialmente un verso de Borges escrito en inglés, no es sólo el titulo de este libro de relatos de Martha Merca der, sino la clave feliz para penetrar en una galería de ficciones que registran intensamente la vida y las pasio-nes de personajes acuciados por ese sistema de sorpresas y trampas que se articula entre la realidad y el deseo. Con humor, con simpatia, con temeraria prudencia, Martha Mercader nos introduce en mundos de vivida autonomia en los cuales la gracia con que se cuenta una historia de fidelidad y felicidad, el eco de un relato anterior en una intriga de "intrusos" o el amor de unas vacaciones en un ambiente de investigadores científicos e intérpretes poliglotas son además los disparadores recesarios para transportarnos a una dimensión que tiene la persuasiva fantasia y la asombrosa veracidad de la inteligencia y la imaginación trabajando juntas.
En esta trayectoria por los dominios de la sensibi lidad y el sentimiento, un vigoroso recato impide que la primera se degrade en sensiblería y el último se vul-garice en sentimentalismo. "Prosa vulgar, énfasis grose-ros, detalles escabrosos, regodeo de la violencia y la perversión", tal como enumera criticamente uno de los relatos de El hambre de mi corazón, son ajenos a la curiosa volunted hunane que logra transmitir, por medio de una destreza narrativa muy consciente de su poder de seducción, la textura problemática y tam bién la maravillosa profundidad del mundo en que nos toca vivir.
El hambre de mi corazón, frase que traduce par cialmente un verso de Borges escrito en inglés, no es sólo el titulo de este libro de relatos de Martha Merca der, sino la clave feliz para penetrar en una galería de ficciones que registran intensamente la vida y las pasio-nes de personajes acuciados por ese sistema de sorpresas y trampas que se articula entre la realidad y el deseo. Con humor, con simpatia, con temeraria prudencia, Martha Mercader nos introduce en mundos de vivida autonomia en los cuales la gracia con que se cuenta una historia de fidelidad y felicidad, el eco de un relato anterior en una intriga de "intrusos" o el amor de unas vacaciones en un ambiente de investigadores científicos e intérpretes poliglotas son además los disparadores recesarios para transportarnos a una dimensión que tiene la persuasiva fantasia y la asombrosa veracidad de la inteligencia y la imaginación trabajando juntas.
En esta trayectoria por los dominios de la sensibi lidad y el sentimiento, un vigoroso recato impide que la primera se degrade en sensiblería y el último se vul-garice en sentimentalismo. "Prosa vulgar, énfasis grose-ros, detalles escabrosos, regodeo de la violencia y la perversión", tal como enumera criticamente uno de los relatos de El hambre de mi corazón, son ajenos a la curiosa volunted hunane que logra transmitir, por medio de una destreza narrativa muy consciente de su poder de seducción, la textura problemática y tam bién la maravillosa profundidad del mundo en que nos toca vivir.