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poco que haya uno vivido y reflexionado, comprobará que la ausencia de Dios es una experiencia absolutamente común y desconcertante. Y es muchas veces en torno a esta experiencia como surgen las distintas actitudes: la religión, el ateísmo y la fe. El mundo y el hombre se ven abandonados a las propias fuerzas de los acontecimientos, autónomos respecto de la libertad humana. Para el hombre meramente religioso, este hecho es motivo suficiente para intentar acumular ardides que saquen a Dios de su impenitente olvido de la creación o de su enemistad con el hombre y le hagan actuar en provecho de quienes le temen y pretenden aplacarlo con sus oraciones y sacrificios. Para el ateo, es la prueba irrefutable de lo ilusorio que es creer en la existencia de Dios. Para el creyente (y para quien intenta serlo), una crisis que conlleva, si es bienenfocada, la posibilidad de vivir la verdad de la propia vida, del compormiso con ella y del Dios cuyo verdadero Rostro transparentó Jesús. Este libro pretende, ante todo, analizar estas actitudes o reaciones, de donde extrae un principio de interpretación para abordar las preguntas fundamentales que el hombre se hace ante Dios. Y acaba desembocando en la oración como aceptación y acogida de Dios y como acto de fe.

El Dios ausente - reacciones religiosa, atea y creyente - Francois Varone

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poco que haya uno vivido y reflexionado, comprobará que la ausencia de Dios es una experiencia absolutamente común y desconcertante. Y es muchas veces en torno a esta experiencia como surgen las distintas actitudes: la religión, el ateísmo y la fe. El mundo y el hombre se ven abandonados a las propias fuerzas de los acontecimientos, autónomos respecto de la libertad humana. Para el hombre meramente religioso, este hecho es motivo suficiente para intentar acumular ardides que saquen a Dios de su impenitente olvido de la creación o de su enemistad con el hombre y le hagan actuar en provecho de quienes le temen y pretenden aplacarlo con sus oraciones y sacrificios. Para el ateo, es la prueba irrefutable de lo ilusorio que es creer en la existencia de Dios. Para el creyente (y para quien intenta serlo), una crisis que conlleva, si es bienenfocada, la posibilidad de vivir la verdad de la propia vida, del compormiso con ella y del Dios cuyo verdadero Rostro transparentó Jesús. Este libro pretende, ante todo, analizar estas actitudes o reaciones, de donde extrae un principio de interpretación para abordar las preguntas fundamentales que el hombre se hace ante Dios. Y acaba desembocando en la oración como aceptación y acogida de Dios y como acto de fe.

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