Más de doscientas piezas teatrales estrenadas en el primer tercio de nuestro siglo indican bien la popularidad de Serafín y Joaquín Álvarez Quintero. Los hermanos Quintero provenían, por la vía del teatro popular menor, de los entremeses del Siglo de Oro y, más inmediatamente, entroncaban en el sainete de finales del XIX. Ahí radica su mérito: porque ellos lo renovaron artísticamente, depurándolo del chiste fácil y proyectándolo sobre el limpio cuadro de costumbres en el que se busca más la emoción que la risa. Edición de Gregorio Torres Nebrera.
Más de doscientas piezas teatrales estrenadas en el primer tercio de nuestro siglo indican bien la popularidad de Serafín y Joaquín Álvarez Quintero. Los hermanos Quintero provenían, por la vía del teatro popular menor, de los entremeses del Siglo de Oro y, más inmediatamente, entroncaban en el sainete de finales del XIX. Ahí radica su mérito: porque ellos lo renovaron artísticamente, depurándolo del chiste fácil y proyectándolo sobre el limpio cuadro de costumbres en el que se busca más la emoción que la risa. Edición de Gregorio Torres Nebrera.