El ser humano, preocupado desde siempre por sus males y enfermedades, se ha lanzado en los últimos veinte años a buscar soluciones en las formas no ortodoxas de medicina aunque arrollen su propia razón. Parte de un fenómeno social y medida de una cultura que se ha divulgado de manera asombrosa, la superstición ha creado y mantenido sus propios mitos y personajes. Las terapias alternativas, la acupuntura, la homeopatía y la herboristería, las Flores de Bach, la discutida crotoxina, los centros spa de revitalización, los métodos chinos de respiración para adelgazar, el control mental, el láser, los cristales, las visualizaciones y afirmaciones, los antiguos métodos yoga, los grupos espiritualistas, y hasta los libros de autoayuda que se venden por millones en el mundo entero. Y, entre ellos, el curandero. ¿Quién no lo ha consultado alguna vez? La fe que despierta este hombre o mujer generalmente ignorante y la vigencia que mantiene a lo largo de los siglos provocan un misterio y una curiosidad a explicar. El doctor Samuel Tarnopolsky, considerado por la Organización Internacional de la Salud como uno de los veinte mejores reumatólogos del mundo, profesor universitario, autor de libros de medicina que son textos de estudio en universidades del país y del exterior, presenta y analiza el problema de una manera apasionante en Los curanderos, mis colegas. ¿Por qué apareció "el curandero"? ¿Quién permitió su encumbramiento? ¿Cómo actúa y a quién dirige su quehacer? ¿Quiénes lo mantienen? ¿Por qué se lo mantiene? ¿Cuántas clases de curanderos hay? Tarnopolsky responde a estos interrogantes y obliga a la reflexión, al relatar sus experiencias y dar múltiples ejemplos de casos y personajes. Su inesperada teoría dividirá a los lectores en cómplices seguidores de ella o en detractores. Por la profundidad de sus conceptos y su impecable estilo, Los curanderos, mis colegas es un libro de inevitable lectura y de indiscutible consulta para todos.