La vida de un hombre no es una prolija sucesión, sino un conjunto de hechos aislados y muchas veces inconexos que la memoria rescata insólitamente, a su capricho, o a causa de lo que, por ignorancia, solemos llamar azar”, dice Héctor Tizón en este libro en el que emprende un viaje hacia el pasado, recuperando aquello que le dio verdadero sentido a su existencia. Desde Yala, ese pequeño pueblo que es el principio y el fin del universo, el escritor desanda un largo camino poblado de recuerdos, amigos queridos, personajes y anécdotas entrañables
La vida de un hombre no es una prolija sucesión, sino un conjunto de hechos aislados y muchas veces inconexos que la memoria rescata insólitamente, a su capricho, o a causa de lo que, por ignorancia, solemos llamar azar”, dice Héctor Tizón en este libro en el que emprende un viaje hacia el pasado, recuperando aquello que le dio verdadero sentido a su existencia. Desde Yala, ese pequeño pueblo que es el principio y el fin del universo, el escritor desanda un largo camino poblado de recuerdos, amigos queridos, personajes y anécdotas entrañables