A la inversa de lo que se observa en los hombres políticos, Echeverría acentuó en la edad madura las ideas revolucionarias que había entrevisto vagamente en su juventud. El socialismo de la Creencia era una simple declamación literaria, una actitud personal conforme con la última moda: un verdadero romántico "debía" conspirar en logias secretas. Pero... "el que juega al fantasma, tornase fantasma", según el precepto de los kabalistas. Echeverría se interesó cada día más por la filosofía social de Leroux y adquirió ideas claras sobre el humanitarismo socialista; sobre este punto, a pesar de su mayor edad, es forzoso reconocer que Echeverría fue catequizado por Alberdi. Sus trabajos posteriores a 1846, que pasamos a examinar, mejoran de año en año, y no parecen escritos por el logista de 1837.
A la inversa de lo que se observa en los hombres políticos, Echeverría acentuó en la edad madura las ideas revolucionarias que había entrevisto vagamente en su juventud. El socialismo de la Creencia era una simple declamación literaria, una actitud personal conforme con la última moda: un verdadero romántico "debía" conspirar en logias secretas. Pero... "el que juega al fantasma, tornase fantasma", según el precepto de los kabalistas. Echeverría se interesó cada día más por la filosofía social de Leroux y adquirió ideas claras sobre el humanitarismo socialista; sobre este punto, a pesar de su mayor edad, es forzoso reconocer que Echeverría fue catequizado por Alberdi. Sus trabajos posteriores a 1846, que pasamos a examinar, mejoran de año en año, y no parecen escritos por el logista de 1837.